15/6/14



El 30 de Junio de 2012, Diego, Andrés y yo nos embarcamos en una aventura por el gigante asiático. Era la primera vez que viajábamos completamente solos y apenas teníamos 18 años, así que estábamos bastante nerviosos los días previos a la salida.


La mayoría de la información ha sido recopilada por Diego, y para organizar el viaje utilizamos fundamentalmente www.losviajeros.net y la Lonely Planet.


VUELOS

DÍA 1. BEIJING
DÍA 2. BEIJING
DÍA 3. BEIJING-PINGYAO
DÍA 4. PINGYAO-XI’AN
DÍA 5. XI’AN
DÍA 6. XI’AN-CHENGDU
DÍA 7. CHENGDU 
DÍA 8. CHENGDU-LESHAN-EMEI SHAN
DÍA 9. EMEI SHAN
DÍA 10. EMEI SHAN
DÍA 11. EMEISHAN-CHENGDU
DÍA 12. CHENGDU-KANGDING
DÍA 13. KANGDING-CHENGDU
DÍA 14. CHENGDU-PANZHIHUA
DÍA 15. PANZHIHUA-DALI
DÍA 16. DALI
DÍA 17. LIJIANG
DÍA 18. LIJIANG
DÍA 19. LIJIANG (BAISHA, SUHE) -KUNMING
DÍA 20. KUNMING-GUILIN
DÍA 21. YANGSHUO
DÍA 22. YANGSHUO (Arrozales)
DÍA 23. YANGSHUO-XINPING
DÍA 24. YANGSHUO
DÍA 25. GUILIN-SHANGAI
DÍA 26. SHANGHAI
DÍA 27. SHANGHAI (Zhujiajiao)
DÍA 28. SHANGHAI-BEIJING
DÍA 29. BEIJING
DÍA 30. BEIJING (Muralla Badaling)
DÍA 31. BEIJING (Aeropuerto)




SÁBADO 30 JUNIO: MADRID – MUNICH - BEIJING


Sobre las 10 de la mañana llegamos a Barajas. Hicimos el check-in, facturamos los macutos y nos despedimos antes de atravesar el control policial. El avión de Lufthansa despegó a su hora, nos dieron de comer, y tras dos horas de viaje llegamos a Munich.

Pasamos 4 horas en el aeropuerto de Munich. Había máquinas de café y chocolate gratis así que hicimos buen uso de ellas, una decisión no demasiado brillante porque en el siguiente vuelo teníamos los ojos como platos. 


PRIMERA PSEUDO-COMIDA CHINA



DOMINGO 1: BEIJING

Tras 10 horas de vuelo, llegamos a Beijing hacia las 11:30 de la mañana. Al salir del avión, notamos una ola de calor sofocante. El aire era húmedo y la ciudad entera estaba cubierta por un inmensa nube de contaminación. El aeropuerto de Beijing es enorme y tuvimos que coger un tren interno para desplazarnos por las terminales.

Desde el aeropuerto, tomamos la línea express (25 yuanes) que tarda unos 20 minutos en llegar al centro de la ciudad. Tras unos cuantos transbordos llegamos hasta nuestro destino: DongsiEl precio del billete sencillo son 20 yuanes (unos 30 céntimos), como en Madrid, vaya.


En China, no se deja salir antes de entrar: cuando se abren las puertas, y como si de una melé se tratase, todo el mundo choca y hay que hacerse hueco entre la gente. Nos bajamos en la estación de Dongsi y pisamos por primera vez la calle de Pekín. Lo primero que nos llamó la atención fue el tráfico, que es completamente anárquico. Podrían ahorrarse el gasto en semáforos, porque para el uso que les dan…


Desde esta calle y con las instrucciones que teníamos, no tardamos en encontrar el hostal. El Happy Dragon Hostel está situado en un hutong (los hutongs son callejones estrechos que están distribuidos por toda la ciudad de Beijing) y las habitaciones son geniales, con baño, aire acondicionado, tele y wifi (180 yuanes la habitación triple). Las pasillos del hostal están decorados con dibujos y frases escritas por los clientes. En general los hostales en china son espectaculares, y la relación calidad-precio es inigualable.



FACTURA HAPPY DRAGON HOSTEL


Después de dejar las cosas en la habitación y ducharnos, salimos de nuevo al Beijing sofocante. En primer lugar, fuimos al banco a cambiar euros por yuanes. Tras esto, pusimos rumbo al supermercado. Algunos de los precios son:


  •  Cocacola, fanta, sprite, ice tea 0,5l à 2.5 yuanes  (0.3 €)
  •  Agua 0,5l à 0.9 yuanes (0.1 €)
  •  Heladosà 3 yuanes   Polosà 1.5 yuanes (0.18 €)
  •  Paquetes de galletasà 2 o 3 yuanes (0.3 €)
  •  Oreoà 5 yuanes (0.6 €)
  •  Zumos y batidos 0,25l à 1.5 yuanes (0.18 €)
  •  Cacahuetes 100g à 4 yuanes (0.5 €)
  •  Guisantes fritos 100 gà 3 yuanes (0.4 €)
  •  Ramen de bote (típico) à 3/4 yuanes (0.35 €)
  •  Envases con carne de cerdo (mala pinta) à 5 yuanes (0.6€)



Eran las 7 de la tarde, pero estabamos tan cansados que regresamos al hostal para acostarnos. Antes de subir a la habitación, reservamos desde la recepción los tickets de tren Beijing-Pingyao (82 yuanes) y Pingyao-Xi´an (41 yuanes). No quedaban “camas duras” y nos tuvimos que conformar con asientos. Nos cobraron 20 yuanes de comisión, pero nos ahorramos el viaje hasta la oficina de tickets. NOTA: aunque varía según el trayecto, generalmente hay cuatro tipos de plazas en los trenes chinos. El asiento duro, que es lo más abundante y lo que suele quedar si no reservas con suficiente antelación, el asiento blando (nunca llegamos a viajar en este tipo de asientos), cama dura (lo ideal, y lo que recomendamos para los turistas que no se quieran gastar mucho dinero y quieran disfrutar de la compañía de la gente local), y cama blanda (nosotros nunca pudimos viajar en cama blanda porque se agotan muy rápidamente).

Pusimos los despertadores a las 2:45 de la mañana para ver la final de la Eurocopa y aunque pensábamos ir a algún bar a ver el partido, estábamos tan cansados que decidimos verlo en CCTV5 (con comentarios en chino) desde nuestra habitación.

LUNES 2: JULIO BEIJING

Despertamos a la 7:00 de la mañana y nos preparamos para nuestro primer día turístico. Para desayunar, paramos en un puesto al lado de  nuestro hostal y pedimos tres raciones de tallarines (muy generosas) y tres brochetas de calamar (todo por 25 yuanes).


BROCHETA DE CALAMARES CON CHILI

Fuimos en metro hasta Qianmen y recorrimos la Plaza de Tian'anmenVimos el Mausoleo de Mao y el Monumento a los Héroes del Pueblo. La plaza resulta interminable, pero tras dos o tres semanas caminando te encuentras con la Ciudad Prohibida (el precio son 60 yuanes y el horario suele ser de 8:30 a 17:30), que fue el Palacio Imperial desde la dinastía Ming hasta la Qing.


PLAZA TIAN'ANMEN
ACCESO A LA CIUDAD PROHIBIDA DESDE LA PLAZA DE TIAN'ANMEN

ENTRADA DE LA CIUDAD PROHIBIDA


El recinto de la Ciudad Prohibida es enorme y está repleto de templos, santuarios y jardines. Nosotros la recorrimos desde la puerta Sur hasta la puerta Note y para combatir el calor comprábamos abundantes botellas de agua helada y unos polos de melocotón muy ricos.

Estuvimos 2 horas en la ciudad prohibida y luego subimos al templo del parque Jingshan (5 yuanes). Desde aquí hay unas vistas alucinantes de la Ciudad Prohíbida. Después nos dirigimos hacia el parque Bei Hai (10 yuanes), que es un parque inmenso con vegetación muy variopinta y un gran lago central.


PARQUE JINGSHAN

VISTAS DE LA CIUDAD PROHIBIDA DESDE EL PARQUE JINGSHAN

ENTRADA PARQUE JINGSHAN

PARQUE BEIHAI

ENTRADA PARQUE BEIHAI

Esa noche fuimos andando a una de las calles más importantes: Calle Wangfunjing. Es una calle peatonal con mucha afluencia de gente y abundantes comercios (vimos un ZARA). En unos minutos llegamos a Dong´anmen Street una pequeña calle que sale de Wangfunjing, y donde se encuentra el mercado de comida más famoso de Beijing. Está lleno de puestos con una amplia variedad de comida, desde snacks típicos de Beijing, hasta brochetas exóticas (insectos, escorpiones y arañas, estrellas, erizos, caballitos de mar e incluso pequeños tiburones), que yo creo que es un invento para los turistas porque eran los únicos que lo compraban, mientras que los locales lo miraban con cara de asco.


ZARA EN LA CALLE WANGFUNJING

MINI-TIBURÓN BAÑADO EN CHILI

ESTRELLAS DE MAR, GRILLOS, ARAÑAS...


ESTRELLAS DE MAR, CABALLITOS DE MAR Y ESCORPIONES

Al llegar al final de la calle, cogimos el metro Wangfunjing y volvimos al hostal para descansar tras un día agotador.

MARTES 3: BEIJING-PINGYAO

Nos levantamos temprano para visitar el Templo del Cielo. Cogimos la línea 5 hasta la parada de Tiantandongmen que te deja al lado del parque. El metro de Beijing funciona de maravilla. La red es muy extensa y se llega muy rápido a cualquier sitio.

La entrada al Templo del Cielo vale 20 yuanes y te permite entrar al parque y ver varios templos. Destaca el Templo de las Rogativas de las Buenas Cosechas y el altar circular. Este fue el primer sitio donde unas chicas nos pidieron que nos hiciésemos una foto con ellas (esto se repetiría muchas veces a lo largo del viaje).

TEMPLO DE LAS ROGATIVAS DE LAS BUENAS COSECHAS


ENTRADA AL TEMPLO DEL CIELO

Hacía mucho calor y decidimos comprarnos un helado que parecía ser de guisantes y que causaba furor entre los chinos. Ni se os ocurra probarlo, ¡es tóxico! PUAJ

Queríamos probar el pato pekinés así que el staff del hostal nos recomendó ir a Liu’s House, escondido en el callejón más feo de la ciudad. Llegamos a las tres de la tarde y desafortunadamente, no les quedaba pato, pero ya era tarde y decidimos comer allí a pesar de todo.


RESTAURANTE LIU'S HOUSE

Nuestro tren hacia Pingyao salía a las 19:03. Antes de ir a la estación, pasamos por el supermercado y compramos provisiones para el viaje. Cogimos el metro hasta Beijing West Railroad Station, una estación enorme y totalmente colapsada por la inmensa cantidad de gente que había. Según Diego, en la sala de espera habría unos 10000 chinos (los contó). El 1% comían ramen, el 5% escupían al suelo. El 94% restantes comían ramen y escupían a la vez.



Llegó la hora de embarcar y aunque no sabíamos muy bien por qué, todo el mundo empezó a correr hacia las plataformas, así que nosotros hicimos lo mismo. Por fin, conseguimos entrar a nuestro vagón, pero cuando encontramos nuestros asientos, estos ya estaban ocupados. Fuimos a hablar con el revisor, pero éste, que tenía pinta de oficial de las SS, empezó a gritarnos en chino y como no entendíamos nada nos fuimos cabizbajos y nos acurrucamos en una esquina. Un poco después, volvimos a nuestros asientos y enseñamos nuestros billetes a los pasajeros que había allí sentados. Cuando vieron nuestro billete se levantaron inmediatamente y nos ayudaron a subir los macutos a los compartimentos que hay sobre los asientos. Pensamos que se habrían equivocado, pero no, lo que ocurría es que se venden más billetes que asientos disponibles tiene el tren, es decir, se venden billetes sin ningún asiento asignado, así que estos pasajeros se sientan en las plazas que van quedando libres después de pasar por cada estación.



BILLETE BEIJING-PINGYAO


SALA DE ESPERA DE LA ESTACIÓN DE BEIJING
Andrés se hizo amigo de un chico que viajaba con su padre. Apenas sabían inglés pero hicieron buenas migas. Le ofrecieron unos guisantes tostados muy típicos, y Andrés, a cambio, les dio a probar jamón serrano que había traído de Madrid (es cierto, que el intercambio no fue muy justo...).



NUESTROS COMPAÑEROS DE VIAJE

Fueron 670km y 12 horas y media de viaje y, de vez en cuando, pasaban vendedores arrastrando carritos con comida. Había tres tipos de carro. Uno de ellos servía arroz o fideos con verduras, carne y huevo (10 – 15 yuanes). El segundo carro llevaba alimentos envasados (cacahuetes, tiras de embutido, patas de pollo, ramen…) y bebidas (5-6 yuanes). Por último, había un carro que llevaba fruta: plátano, manzana, melocotón, uvas, lichis (aproximadamente medio kilo por 10 yuanes). También suelen pasar vendedores que ofrecen cosas que uno nunca imaginaría que se podrían vender en un tren: bolas con música y lucecitas, cepillos de dientes, toallas de microfibra (era un espectáculo ver al vendedor mojándose la cabeza y secándose con la toalla), hierbas de medicina tradicional china, perros de juguete que bailan y ladran, baterías portátiles, fundas para guardar tarjetas de crédito, cinturones espantosos…


MIÉRCOLES 4: PINGYAO-XI’AN

Llegamos a nuestro destino sobre las 7.30 de la mañana. La estación de Pingyao es muy pequeña y nada más salir hay muchísima gente ofreciéndote transporte para llegar al centro de la ciudad. Al final cogimos un tuk-tuk que nos acercó al casco antiguo en solo 10 minutos, bastante intensos por cierto: el vehículo no paraba de dar botes, iba en sentido contrario y pitaba a todos los coches y peatones con los que se encontraba. Una vez allí, como no íbamos a pasar noche, dejamos los macutos en un hostal por un módico precio.
La ciudad amurallada de Pingyao data del siglo XIV y perteneció a las dinastías Ming y Qing. Es pequeña (2,6km2) y toda ella es peatonal. Hay dos calles principales que atraviesan la ciudad Norte-Sur y Este-Oeste, y se cruzan en la Torre del Mercado.




DESFILE DE GUERREROS


UNA DE LAS CALLES PRINCIPALES DE PINGYAO (TORRE DEL MERCADO AL FONDO)




TORRE DEL MERCADO





Siguiendo la recomendación de la Lonely Planet, fuimos a comer al restaurante Dejuyuan Binguan. La comida estaba riquísima: pollo con anacardos, tortilla con espinacas, cerdo en salsa con verduras y unos dumplings (empanadillas chinas rellenas de carne y verdura) por unos 100 yuanes.


CERDO CON VERDURAS Y CHILI


POLLO CON ANACARDOS

Al salir, aprovechamos para comprar una tarjeta SIM china, y como aún nos sobraba tiempo (nuestro tren a Xi’an salía a las 20.47) nos echamos la siesta en un parque que había justo detrás de la muralla.

Volvimos al Hostal a recoger los macutos y un tuk-tuk nos llevó de vuelta a la estación (5 yuanes cada uno). Aún faltaba una hora para nuestro tren, así que nos pusimos a jugar a las cartas. Como Pingyao no es un destino demasiado turístico, todos los que estaban en la estación nos miraban fijamente y los niños pequeños se acercaban y nos decían cosas en chino y se sorprendían al ver las cartas con las que jugábamos. 

Por fin, cogimos el tren hacia Xi'an. En este viaje, nuestros compañeros fueron tres chicos de nuestra edad con los que entablamos conversación a los pocos minutos de iniciado el trayecto. De nuevo, teníamos “asiento duro” así que no pudimos dormir apenas.

JUEVES 5: XI´AN

El tren (10h 48min y 550 km) llegó a las 7:35 a Xi’an. Estábamos agotados y hacía un calor sofocante, así que cogimos un taxi hasta nuestro hostal: Xinagzimen International Youth Hostel. Era muy rústico pero acogedor.

Desayunamos en el hostal y salimos a ver la ciudad. Primero fuimos a la Torre de la campana y la Torre del Tambor (sacamos tickets combinados para ver ambas por 40 yuanes). Construidas durante la Dinastía Ming, estas torres tenían la función de marcar las horas y avisar de situaciones de emergencia. La Torre de la Campana ofrece unas preciosas de la ciudad. En la Torre del Tambor tuvimos la suerte de presenciar un espectáculo de percusión con instrumentos chinos. 
TORRE DEL TAMBOR


ESPECTÁCULO DE PERCUSIÓN EN LA TORRE DEL TAMBOR

Después, fuimos a sacar los billetes para Chengdu. Para variar, no quedaban camas, así que por tercera vez nos tuvimos que conformar con asientos (115 yuanes). Desde allí, nos acercamos al barrio musulmán, donde reside la etnia Hui. Tras un rato buscándola, conseguimos encontrar la Gran Mezquita de Xi'an, construida entorno al año 742 y que combina la arquitectura china con simbología y decoración árabe (12 yuanes).


RECINTO DE LA GRAN MEZQUITA DE XI'AN


DULCE TÍPICO QUE CONTIENE: ARROZ, CACAHUETES, AZÚCAR Y RON

GRAN MEZQUITA DE XI'AN

Una vez vista la Mezquita, dimos una vuelta por el barrio musulmán. Hay muchos puestos de comida, artesanía, ropa, carteras, cinturones, relojes, gafas…así que aprovechamos para comprar alguna cosa.

Desde el barrio musulmán, fuimos andando hasta la Pagoda del Pequeño Ganso situada en un parque inmenso. Estábamos completamente exhaustos así que decidimos volver al hostal para reponer energías.


PAGODA DEL PEQUEÑO GANSO

VIERNES 6: XI´AN-CHENGDU

Nos levantamos a las 7 para ir al Mausoleo del Emperador Qin Shi Huang (primer emperador de la China unificada) donde se encuentran los famosos Guerreros de Terracota. Fueron construidos en el año 209 a.C con el objetivo de defender al difunto emperador en su tumba. Enterrados en fosos durante más de 2000 años, han salido recientemente a la luz, y fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Para llegar allí, fuimos a la parada de bus de la Puerta Sur de la muralla. Allí cogimos el autobús 603 (1 yuan) hasta la última parada, la estación de trenes de Xi´an. Desde allí, hay que enlazar con el autobús 306 que tarda una hora y media en llegar y te deja en la puerta del mausoleo.

Había un montón de vendedores en las inmediaciones del complejo y compramos la caja típica de 4 guerreros y 1 caballo de arcilla por 20 yuanes.

La entrada cuesta 90 yuanes p.p. Hay tres excavaciones y nosotros comenzamos viendo la sala 3. Es muy grande, pero apenas hay guerreros completos. Los excavadores descubrieron que las coloridas figuras originales perdían la capa de pintura al entrar en contacto con el aire 2200 años después. Por ello, la excavación está estancada esperando el desarrollo de alguna técnica que permita conservar el color.

La sala 2, es pequeña y en ella se encuentran los jefes del ejército con algunos caballos.

Por último, la sala 1 es inmensa, con 6000 figuras de guerreros.


GUERREROS DE TERRACOTA


GUERREROS DE TERRACOTA

No se tarda mucho en completar el circuito, sobre todo si te has leído previamente la historia de los guerreros. Es una de las visitas obligadas si vas a Xi’an, pero a nosotros nos decepcionó un poco, quizás porque como habíamos oído hablar tanto de ello, nos esperábamos algo más espectacular.

Volvimos a Xi´an en autobús. Todavía nos quedaban unas horas hasta coger el tren en Chengdu que salía a las 20, así que decidimos volver al barrio musulmán. Estuvimos por allí dando una vuelta, y comiendo algo. 


MAZORCA DE MAÍZ CON SALSA PICANTE


FIGURITAS DE CARAMELO

Eran las 18:30 cuando llegamos al hostal. Se nos hizo un poco tarde y salimos con el tiempo justo. Cuando uno tiene prisa, todo suele salir mal, y eso fue lo que nos pasó. La cola en la estación era tremenda, más larga que ninguna que hubiéramos visto hasta entonces, así que nos pusimos bastante nerviosos. Mirábamos el reloj y veíamos que en solo 10 minutos salía nuestro tren. Por fin, llegamos a la sala de embarque, y de repente anuncian que el tren se retrasa una hora…y luego otra media hora, y otra media hora más… así que al final salimos a las 22.  Teníamos 16 horas de viaje por delante en los ya habituales e incomodísimos asientos chinos.


SALA DE ESPERA DE XI'AN

SÁBADO 7: CHENGDU

Eran las 6 de la mañana, y ya estaba todo el vagón armando jaleo, así que no pudimos dormir más. Llegamos a Chengdu sobre las 13.30

Queríamos coger un taxi que nos llevara a nuestro hostal. (Aviso: coger un taxi en Chengdu es misión imposible. En primer lugar, siempre van llenos. Si por casualidad alguno va vacío, puedes llamarle las veces que quieras, porque nunca paran. Y en la única ocasión en que conseguimos que uno parara, no se sabía las calles y aunque le enseñamos la dirección en chino no  nos sabía llevar).

Al final, y con ayuda de una amable mujer, conseguimos que el taxi nos llevara a nuestro hostal. El hostal Lazybones está en el número 16 de Yang Shi Jie Street, muy cerca de Tianfu Square.

Llegamos allí casi a las cinco,  subimos a la habitación que, como de costumbre, estaba muy bien: teníamos aire acondicionado, televisión y baños limpios.




CERVEZA TSINGTAO


ANDRÉS JUGANDO AL BILLAR


DULCE MININO

Fuimos al supermercado a comprar cosas para el día siguiente, que teníamos excursión a Leshan. Volvimos al hostal, cenamos y nos fuimos a dormir pronto.

DOMINGO 8: CHENGDU-LESHAN-EMEI SHAN

Nos levantamos temprano para ir a ver el Buda de Leshan. Cogimos el autobús 55 (2 yuanes) que para cerca del Lazybones y nos bajamos en la estación de autobuses de Xinnanmen. Allí hay que sacar los tickets para el autobús que lleva al Buda de Leshan (pasan cada 20 minutos y cuesta 49 yuanes). Son dos horas de viaje hasta la Estación Xiaoba de  Leshan. Una vez allí, hay que coger el autobús número 13 (1 yuan). Llegamos a la North Gate, aunque el recinto tiene varias puertas y alberga dos atracciones: el Gran Buda y el Parque Oriental de Buda.

Desde la puerta norte, no tuvimos más remedio que comprar la entrada conjunta (90 yuanes). Si sólo te interesa ver el Buda, bájate en East Gate y pagarás sólo una entrada. Con el autobús 13 puedes llegar a todas las puertas. Creo que nos llevaron a la puerta norte a propósito para que comprásemos las dos entradas. Deben tener montado un buen negocio con esto, porque según he leído, hay un autobús número 13 falso que no para en la puerta Este y que te lleva a la Norte sólo para timarte.

Nuestra próxima parada era Emei Shan y el último bus salía de Leshan a las 17:00, así que teníamos que darnos prisa porque ya eran las 14:30. 

El parque es precioso, con varios templos, estatuas e inscripciones. Y el Gran Buda es una estatua de piedra de 71 metros (la estatua de buda más alta del mundo) situada en un acantilado a las orillas del río Dadu, al lado de la ciudad de Leshan. Puedes bajar hasta los pies del Buda, pero como no teníamos tiempo para hacer la cola, nos conformamos con verlo desde arriba y echar unas cuantas fotos.



CABEZA DEL BUDA DE LESHAN


PIES DEL BUDA


COLA DE DESCENSO AL BUDA





MONJES BUDISTAS EN LESHAN
Eran las 16:00 cuando volvimos a tomar el bus 13 hacia la estación. El autobús Leshan-Emei Shan vale 11 yuanes y tarda sólo media hora.

Nos dejó en la estación de autobuses de Baguo, y caminando dos minutos más llegamos al Teddy Bear Hotel. Como de costumbre, la habitación era grande y limpia y el baño tenía toallas, gel y champú.

Fuimos a dar una vuelta por el pueblo de Baguo, cenamos, compramos cañas de bambú (para subir la montaña el día siguiente y defendernos de los monos) y volvimos al hostal para acostarnos pronto y prepararnos para los duros días que nos esperaban.

LUNES 9: EMEI SHAN

A las 6 sonó el despertador, nos duchamos y nos pusimos en marcha. Emei Shan es una de las cuatro montañas sagradas del budismo. Parece ser que hubo un importante templo Shaolin donde se practicaban artes marciales durante los siglos XVI y XVII. El monte Emei tiene un clima muy húmedo y una vegetación exuberante, además de una gran cantidad de animales. En medio de este idílico paraje se encuentran numerosos templos y santuarios. El primer templo de la ruta, el Templo Baguo, está a sólo un kilómetro del hostal. Desde ahí, caminamos otro kilómetro hasta el Templo Fuhu y nos dirigimos después hacia Templo Leiyin. Desde ahí, recorrimos 10 kms hasta llegar al Pabellón Qingyin. Aquí ocurrió algo increíble que todavía hoy recordamos con asombro. Nos dimos cuenta de que habíamos perdido el mapa que llevábamos, donde habíamos marcado el camino y los sitios por donde íbamos a pasar. Seguimos andando con la intención de comprar uno si veíamos algún puesto y veinte minutos más tarde, en medio del bosque, nos encontramos a un anciano vendiendo bebidas y ramen. Como también tenía mapas, fuimos a comprar uno, e imaginaros nuestra cara cuando nos dimos cuenta de que era NUESTRO mapa!!! Sí sí, el mismo que habíamos perdido un par de kilómetros más abajo. Mismo modelo, mismas marcas de boli, mismas arrugas...Cogimos el mapa y nos quedamos mirando al hombre con cara de asombro y perplejidad, a lo que respondió con una siniestra sonrisa.





























A las 10 llegamos al Pabellón Qingyin. Aquí nos encontramos con bastantes turistas porque hay una parada de autobús y paran para ver a los macacos tibetanos, que son endémicos de esta zona. Estos monos no tienen miedo alguno a las personas (más bien al revés); saltan tranquilamente al camino, abren las bolsas de la gente y roban todo lo que encuentran. De hecho, un macaco empezó a correr hacia Diego quien, del susto, tiró la botella de Cocacola que tenía. El mono hincó el diente en el plástico y empezó a sorber la Cocacola hasta que no dejó ni gota. Más adelante, un mono se tiró a las espaldas de Diego y casi le derriba, a pesar de que intentó reducirlo con su palo de bambú.








EL MACACO QUE ROBÓ LA COCACOLA A A DIEGO




PUENTE COLGANTE


ME ACERCO PARA LA FOTO, PERO LO JUSTO


Desde la zona de los monos hasta el Templo Xiang Feng, que era dónde pretendíamos dormir, había que recorrer aún 20 kilómetros. Era la 1 de la tarde, así que todavía teníamos 6 horas de luz. Rápidamente nos quedamos absolutamente solos. El paisaje era de ensueño: precipicios, gargantas, todo tipo de animales y plantas, ríos de agua cristalina (donde Diego se remojó). Aunque 20km parece asequible, todo el camino es de escalones, con unas inclinaciones pronunciadísimas y no haces más que subir, para después bajar y luego volver a subir. Para complicar aún más las cosas, empezó a llover copiosamente. Ya habíamos llegado casi al monasterio pero mis piernas estaban destrozadas y no respondían. Con mucho esfuerzo conseguimos llegar al templo sobre las 7 de la tarde. Las habitaciones fueron bastante caras, pero no teníamos otra opción más que pasar la noche allí.


MARTES 10: EMEI SHAN

Nos levantamos a las 6:00 y seguimos nuestro camino por Emei Shan. Habíamos dormido muy bien, pero a los dos kilómetros de subida el cansancio se hacía notar. Desayunamos tallarines en el Templo Yuxian y yo ya estaba molido así que empecé el descenso hacia una estación de autobuses en la ladera de la montaña. Andrés y Diego quisieron intentar llegar a la cima. Pasaron por una estación de autobuses (lo que hacen la mayoría de los turistas es coger un bus que te lleva hasta la cima prácticamente y luego solo tienes que hacer un par de kilómetros andando para llegar hasta arriba). Ya estaban cerca, pero entre el cansancio, la enorme afluencia de gente, y tener que pasar una noche más en la montaña, decidieron bajarse también.










Ya de vuelta en Baguo, cenamos algo en el hostel y salimos a dar un paseo. Conocimos a Patty, una mujer china que enseñaba inglés en la Universidad de Hangzhou. Tras charlar un buen rato con ella, nos ofreció su número de teléfono por si algún día necesitábamos algo durante nuestro viaje. Aunque en ese momento no le dimos importancia, unos días más tarde necesitaríamos su ayuda.




ANDRÉS CENANDO UN DELICIOSO RAMEN CON TERNERA

MIÉRCOLES 11: EMEI SHAN – CHENGDU

A las 10 cogimos el autobús a Chengdu (50 yuanes). Como bajamos de Emei Shan antes de lo previsto, habíamos ganado un día.  Desde Xinnanmen Station, fuimos a comprar los tickets de tren para el trayecto Kunming-Guilin del día 20. Los compramos con 9 días de antelación (la venta se abre 10 días antes del viaje), y esta vez sí quedaban "camas duras" (284 yuanes).

Esa tarde nos llevamos la primera decepción del viaje al enterarnos de que no podíamos ir a Litang porque China había prohibido la entrada de extranjeros (sabíamos que China había cerrado la entrada a la región del Tibet ese mes, pero no nos esperábamos que pueblos de cultura tibetana de la provincia china de Sichuan, como Litang, también estuviesen cerrados). Como queríamos experimentar la vida y cultura tibetanas, barajamos la posibilidad de ir a otros pueblos de la zona. Al final, y siguiendo la recomendación del staff del hostel, nos decantamos por Daocheng (vía Kangding).

Aprovechando que era tarde y ya no podíamos hacer mucho en Chengdu, compramos también los tickets de tren Lijiang-Kunming del día 19. Afortunadamente, también conseguimos “camas duras”. Cenamos en el restaurante del hostal y nos fuimos a dormir.

JUEVES 12: CHENGDU- KANGDING

A las 8 de la mañana estábamos de nuevo en la estación de buses de Xinnanmen para coger el bus hacia Kangding. Son 360 kilómetros llenos de baches,  en los que no dejas de botar en todo el camino, por supuesto sin cinturones de seguridad. Aunque eran 8 horas de viaje, nos entreteníamos escuchando hablar a los tibetanos que teníamos detrás y mirando el paisaje (un río que fluye por el lado derecho de la carretera durante casi todo el trayecto).

Sobre las cuatro llegamos a Kanding, una pequeña ciudad ubicada en un valle y atravesada por una carretera, que es el punto de entrada habitual a los pueblos tibetanos desde Sichuan. En Kanding, un 50% de la población son chinos de etnia Han y la otra mitad son tibetanos. 





Nos alojamos en el Hostal Dangba, el hostal más mugriento de todos en los que estuvimos durante nuestra estancia en China. Dejamos las cosas y fuimos a la estación a comprar billetes para Daocheng. La señora de la taquilla puso cara de miedo y negó con la cabeza. No sabíamos que hacer, así que llamamos a Patty, la mujer que enseñaba inglés en la Universidad de Hangzhou para que nos ayudara: nos tradujo lo que nos decía la taquillera y, desgraciadamente, Daocheng estaba también cerrada para turistas no chinos. Fue otro jarro de agua fría, porque todo apuntaba a que nos íbamos a quedar sin visitar la región tibetana de Sichuan. A la salida de la estación, varios chinos nos ofrecieron llevarnos al Tibet en sus coches privados, pero nos pedían unos 600 euros, una cifra desorbitada. Lógicamente lo rechazamos y, decepcionados, volvimos a nuestro hostal.  Nuestra última oportunidad era ir a Shangri-La, para lo cual teníamos que volver (sí, por enésima vez) a Chengdu. Desde Chengdu, teníamos que coger un tren hasta Panzhihua, y una vez allí tomar un autobús hacia Shangri-La.

VIERNES 13: KANGDING-CHENGDU

Fuimos temprano a la estación y cogimos el primer autobús de vuelta a Chengdu. Era el mismo camino, mismo río a la izquierda y mismos baches. A las cuatro de la tarde, llegamos a Chengdu por tercera vez en nuestro viaje y fuimos a la estación de trenes para comprar los billetes hacia Panzhihua para la mañana siguiente. Como aún no era muy tarde, aprovechamos para ver Chengdu de una vez por todas. Fuimos caminando a Tianfu Square y vimos la estatua de Mao y cerca de allí, cogimos el autobús 57 para ir al barrio tibetano que nos decepcionó bastante.
ESTATUA DE MAO EN CHENGDU

SÁBADO 14: CHENGDU-PANZHIHUA

El tren salía a las 9:30 desde la estación del Norte. Es importante darse prisa -correr una barbaridad- cuando abren las puertas de embarque porque aunque tengas reservados los asientos, los compartimentos para dejar el equipaje se llenan rápidamente.

Este viaje fue sin duda el más divertido. Eran 13 horas de viaje, pero durante el día. Pasaron muchos vendedores con cosas exageradamente ridículas, tanto, que hasta a ellos mismos se les escapaba alguna carcajada. En las últimas horas de viaje, cuando el vagón estaba más vacío, nos pusimos a cantar canciones de los Beatles.

Mientras yo dormía y Andrés estaba en “stand by” escuchando a Bach, Diego se hizo amigo de dos chicas chinas.


ANDRÉS Y BACH

A las doce de la noche llegamos a Panzhihua. Nos quedamos a dormir en el Hotel Sunshine que está en frente de la estación de tren. No tenían habitaciones triples y no nos dejaban dormir los 3 en una doble (nos obligaban a pagar una doble y una individual, lo que sumaba un total de 270 yuanes). Diego no quería pagar así que se quedó en la calle. Se metió en el saco y se echó a dormir detrás de unas plantas :’(.

DOMINGO 15: PANZHIHUA-DALI

Habíamos quedado con Diego a las 6 pero no sonó la alarma. Menos mal que un chico que trabajaba en el hotel, Kenny, le invitó a pasar a la recepción y le dio un batido de chocolate. Fuimos a comprar los billetes para Shangri-La y...¿adivinad qué nos dijeron? Efectivamente, también acababan de cerrar Shangri-La a los turistas. Ya no sabíamos si reír o llorar, pero era evidente que el Tibet no nos quería cerca.  

Habiendo ya asumido que no íbamos a poder visitar la región tibetana, nos pusimos en marcha hacia nuestro próximo destino, Dali. El siguiente autobús salía a las 13:00. Cuando subimos, vimos que no tenía asientos, sino tres hileras de literas, así que pudimos echarnos la siesta durante el viaje.


BUS-CAMA
Dali es la capital de la etnia bai. Esta etnia es minoritaria en China, aunque en Dali alcanzan el 65% de la población (también hay grupos tibetanos: yi, hui, han y naxi). 

La ciudad está rodeada por montañas y por un enorme lago llamado Erhai. Dali se divide en dos áreas: la parte nueva (Xiaguan), y la ciudad antigua de Dali que es lo realmente interesante (Patrimonio de la Humanidad).

Según llegamos a la ciudad antigua, una señora nos ofreció un hotel que tenía bastante buena pinta y un precio muy asequible (habitación triple por 100 yuanes). Fuimos a verlo y decidimos quedarnos.

A Diego le dolía la tripa, así que Andrés y yo fuimos a comprar la cena. Subimos unas tarrinas de arroz con carne y verduras. A Andrés y a mí nos supo a gloria, pero a Diego le pareció soso (para variar), así que fue a buscar salsa de soja para inundar su arroz.

LUNES 16: DALI

Salimos del hostal a las 8 de la mañana. Fuimos a desayunar y coger fuerzas para visitar el parque de Las Tres Pagodas. Se encuentra a 1,5 kilómetros al noroeste de la Ciudad Antigua. En la puerta del parque hay un mercadillo con una amplia variedad de frutas exóticas.

Con el carnet de estudiante nos salió a 60 yuanes (el precio original son 120 yuanes), que merece la pena pagar, porque el parque es enorme y además de las pagodas hay muchos templos budistas.


PUESTO DE FRUTAS




Nada más entrar, hicimos unas cuantas fotos preciosas de un pequeño lago con las tres pagodas detrás. Éstas tienen 1200 años y han sido reformadas varias veces. Aquí comencé mi adquisición de flautas chinas y me compré un Hulusi y otra que aún no he sido capaz de catalogar. Llegamos hasta el último templo que es el más espectacular porque no hay casi gente, y pudimos subir al piso de arriba donde hay unas muy buenas vistas de las pagodas, Dali y el lago Erhai al fondo.


LAS TRES PAGODAS AL FONDO














BUDA




SHIVA








COMPLEJO DE LAS TRES PAGODAS, CIUDAD ANTIGUA DE DALI Y LAGO ERHAI AL FONDO
Salimos del parque a las 12 y dimos un paseo por la ciudad antigua de Dali. Recorrimos la calle principal, Fuxung Lu, así como la Calle de los Extranjeros (Yangren Jie) y la calle del Pueblo (Renmin Lu). Son las más transitadas por los turistas y hay cafés y bares con comida occidental, de la que siempre huíamos ya que preferíamos pedir comida local que además de ser mucho más sabrosa, es mucho más barata. En Dali abundan los puestos con empanadas y tortas chinas, además de un snack muy peculiar típico de la zona: queso frito cortado en láminas con azúcar por encima (délicieux).













En la calle Fuxing nos encontramos con un grupo de tartamudos. Estuvimos un rato hablando con el más mayor, que resultó ser profesor de inglés. Sacaron una pancarta reivindicando más ayudas para los tartamudos y se pusieron a cantar en medio de la calle. Nos pidieron que cantáramos una canción en inglés con ellos. Pasamos un rato muy divertido.






Nos metimos a comer algo a un restaurante en Renmin Lu y después fuimos a una agencia de viajes a comprar los tickets de autobús hacia Lijiang (4 horas en minibús) por 60 yuanes p/p.

MARTES 17: DALI-LIJIANG


Nuestro minibús salía a las 9:30 de la mañana. Fueron solo 4 horas, aunque paramos para ir al baño y limpiar el vehículo (siempre lo hacen en medio de los viajes).




La ciudad de Lijiang es el hogar de la etnia Naxi. Los Naxi son pueblo nómada tibetano (su dialecto es una mezcla de tibetano y birmano), aunque consiguieron asentarse en los alrededores de Lijiang, considerando el pueblo de Baisha como su capital. La ciudad antigua de Lijiang (Patrimonio de la Humanidad) está rodeada de agua, con muchos puentes y canales. Es preciosa, y mantiene la arquitectura tradicional.

Desde la estación de buses, una señora nos llevó por 5 yuanes cada uno al Panba Hostel. La habitación triple nos salió a 70 yuanes p.p., pero era un habitación de hotel en toda regla: teníamos baño, televisión, un pequeño recibidor y un sofá. Fuera había una terraza con hamacas.




Los chicos del staff eran muy simpáticos y en todo momento estuvieron dispuestos a echarnos un cable con cualquier cosa que necesitáramos. En la recepción compramos los billetes Guilin-Shanghai para el día 24. No quedaban camas, así que, de nuevo tendríamos que sufrir 20 horas sentados.

Los recepcionistas del hostal nos ofrecieron la posibilidad de cenar con ellos en el propio hostal. Eran todavía las tres, así que decidimos dar una vuelta e ir a sacar dinero. Cuando bajábamos empezó a diluviar. Diego se quitó los zapatos y decidió descalzarse con el chaparrón que estaba cayendo...estábamos empapados pero de repente dos chicas de unos 15 años se acercaron a Andrés y a mí y nos miraron con bastante lástima. Nos dijeron algo en chino y entraron en una tienda. Poco después las vimos salir con dos paraguas, uno para cada uno. Intentamos pagárselos, pero no hubo manera! La generosidad de quienes tienen poco a veces llega a límites que uno nunca imaginaría. Como no paraba de diluviar, decidimos volver al hostal y estuvimos jugando al billar hasta que llegó la hora de cenar.


TORMENTA EN LIJIANG

Cenamos con otros turistas (una china y una pareja de suizos) y también con los tres empleados del hotel. La verdad es que comimos genial en un ambiente muy agradable.

MIÉRCOLES 18: LIJIANG

Nos permitimos el lujo de levantarnos a las 10. Nos duchamos y salimos a la calle. Por suerte, no llovía. Fuimos al cajero e hicimos un tour por las infinitas tiendas de carne de yak de Lijiang. El yak es un bóvido que habita en los altiplanos (4000-6000 m) de Asia. Son domesticados en las zonas que rodean las cordilleras del Himalaya, Pamir y el Kakarokórum (Tibet, India, Nepal, Pakistán, Afganistán…y Mongolia) y de ellos se aprovechan su carne, pieles, cuernos y leche (con la que se elaboran yogurt y queso). Hay muchas tiendas y siempre hay muestras para probar, así que con la tontería acabas comiendo bastante. Es una carne muy sabrosa porque está macerada con diferentes especias. Lo malo es que es muy cara, unos 90 yuanes por medio kg. 


BEBIENDO LECHE DE YAK






CANALES DE LIJIANG


 Llegó la hora de comer y decidimos ir a probar el famoso Hot Pot, que consiste en un wok de caldo hirviendo donde vas cocinando lo que quieras (carne, verduras, huevo, setas…), y según se va haciendo te lo vas comiendo, es decir, la versión asiática de la Fondue.


HOT POT DE YAK
Dimos una vuelta por la ciudad y volvimos al hostal. Por la noche, volvimos a salir, probamos la leche de yak –que sabe parecido a la leche de vaca- y fuimos a un puesto de brochetas que Diego había localizado el día anterior. Tenían muchísima variedad de comida y todo estaba riquísimo, sobre todo las setas. De hecho, tan buenas estaban que entre los tres nos acabamos todas las que tenían.






BROCHETAS VARIADAS

JUEVES 19: LIJIANG-BAISHA-SUHE-KUNMING

Nos levantamos a las 8. Como ya habíamos visto Lijiang y nuestro tren no salía hasta las 21, decidimos ver los pueblos de alrededor: Baisha (白沙村) y Suhe (束河).

Cogimos el autobús número 6 (4 yuanes) hacia Baisha y en apenas 10 minutos llegamos. La aldea Baisha, al pie de la Montaña del Dragón de Jade ha sido muy importante en la historia de los Naxi, primero, por ser uno de los primeros lugares en los que se establecieron, y segundo, por ser el lugar de origen del clan Mu, que gobernaría a los Naxi durante siete siglos.

Es una aldea muy pequeña y puedes pasear tranquilamente por sus vacías calles. No es tan bonita como Lijiang, pero es mucho más auténtica y conserva las construcciones Naxi sin apenas modificaciones. En Baisha, hay una calle con varios restaurantes, así que paramos a almorzar. Después, para bajar la comida, fuimos caminando desde hasta Suhe (4 kms).

El estilo de Suhe es similar al de Lijiang (mismos puentes y canales, mismas tiendas y también mucho turismo). Estuvimos por allí una hora viendo sus construcciones y la plaza del mercado, y volvimos en autobús a Lijiang. Compramos comida para el viaje de esa noche.






ESTATUA DE MAO


UNO DE LOS MUCHOS EJEMPLOS DE CRUCES ESVÁSTICAS EN EL ARTE ORIENTAL








Llegamos a la estación y subimos al tren. Los vagones de “camas duras” están divididos en coches y cada coche a su vez está dividido en 2 literas triples (6 camas) y debajo hay una mesa pequeña.

VIERNES 20: KUNMING-GUILIN

Llegamos a Kunming alrededor de las 6 de la mañana. Salimos de la estación, compramos provisiones para el siguiente trayecto y descansamos en la sala de espera hasta las 8 que cogimos el tren hacia Guilin.
Aquí también teníamos “camas duras” así que pudimos dormir bastante. Conocimos a un par de chicos de nuestra edad.


ESTACIÓN DE TRENES DE GUILIN


ANDRÉS CON NUESTROS COMPAÑEROS DE VIAJE

SÁBADO 21: YANGSHUO

Por la mañana llegamos a Guilin y cogimos un tren a Yangshuo.

Yangshuo es un pueblo grande rodeado por unas montañas espectaculares y bañado por el río Li. Hacía un calor húmedo insoportable y no encontrábamos nuestro hostal. Una chica de unos 20 años y su hermano pequeño vinieron a ofrecernos ayuda. Nos preguntó adónde íbamos y se ofreció a acompañarnos. No solo nos acompañó sino que le debió decir a su hermano pequeño que nos ayudara, así que este cogió mi mochila (que era más grande que él) y empezó a cargar con ella. De nada valieron mis intentos de llevarla yo mismo. Después de todo lo que nos habían ayudado, tratamos de invitarles a tomar algo por la tarde, pero nos dijeron que se iban de Yangshuo ese mismo día.

Pagamos la habitación (50 yuanes cada uno) y subimos a ducharnos. El hotel está muy bien, y los encargados son muy amables y las habitaciones tienen televisión y aire acondicionado.

De todas las ciudades en las que hemos estado hasta ahora, Yangshuo es la que tiene mayor número de turistas occidentales. Íbamos callejeando cuando un grupo de niñas chinas nos pidieron responder a una encuesta en inglés. Iban con una monitora de nuestra edad más o menos y estaban en Yangshuo haciendo un curso de verano de inglés. Una de las más mayores, Linky, estaba empeñada en que Diego era igual que Harry Potter, y emocionadísima se hizo varias fotos con él. Nos invitaron a ver un par de representaciones que habían estado preparando en el campamento. Nos dieron de comer gratis en el comedor escolar y representaron Titanic en inglés. La obra era un poco cutre, pero el ambiente era insuperable: nos dieron una cerveza local y nos sentamos en los pupitres de atrás de una clase con 30 niños chinos, así como con un italiano y un sueco a los que también habían invitado (el sueco se enamoró de una de las monitoras y a día de hoy siguen estando juntos). ¡Al acabar la función, nos pusimos todos a cantar la canción del Titanic!




ANDRÉS CON UN YUEQIN


VISTAS DESDE YANGSHUO




RÍO CUBIERTO POR NENÚFARES


CAMPAMENTO DE INGLÉS




Antes de irnos, quedamos con las monitoras para ir a tomar algo. Nos llevaron a un bar  bastante soso; creíamos que iba a ser un local típico chino, pero realmente era muy similar a cualquier bar que pudieras encontrar en Europa. De hecho, estaba regentado por un holandés que se había ido a viajar por China, pero conoció a su mujer y ya se quedó en Yangshuo. Lo curiosos es que tenían un hijo que se parecía mucho al padre (pelo muy rubio y ojos muy poco rasgados). Era bastante curioso ver cómo un niño de rasgos caucásicos hablaba chino como lengua materna. Tras un par de horas charlando en el bar, nos fuimos a dar una vuelta.




DOMINGO 22: YANGSHUO

Ese día hicimos una excepción –siempre viajamos por nuestra cuenta- y nos apuntamos a una excursión organizada a las terrazas de arroz de Longji en el condado de Longsheng. Lo contratamos con el hotel y nos costó 160 yuanes. El precio incluye el transporte (3 horas de ida y 3 de vuelta), un guía y la entrada a las terrazas.

El autobús nos recogió a las 7:30. A las 11 hicimos la primera parada en Huang Luo, una pequeña aldea donde residen los miembros de la etnia minoritaria Yao. Las mujeres Yao de la aldea son famosas por su larga cabellera, que puede llegar a alcanzar los 2 metros de longitud. Normalmente lo llevan recogido, pero si les pagas 10 yuanes se lo sueltan. 


HUANG LUO


HUANG LUO
A las 12 volvimos al autobús y pronto llegamos a la entrada de los arrozales Longji. Paramos a comer y desde las 13:30 hasta las 15:40 tuvimos tiempo libre para subir hasta el mirador y hacer fotos. Entre las terrazas está situada la aldea de Ping’an, que tiene bonitas casas de madera.




PING'AN Y LOS ARROZALES









A las cuatro estábamos ya en el bus de vuelta. Conclusión: 160 yuanes para estar 6 horas en el autobús y sólo 2 horas viendo los arrozales. Por algo siempre preferimos viajar por nuestra cuenta...

En el camino de vuelta conocimos a una  chica de unos 23 años que se llamaba Wind. Era muy extrovertida y tenía muy buen nivel de inglés. El viaje consistió aprender un trabalenguas en chino: "sì shì sì shí shì shí shí sì shì shí sì sì shí shì sì shí sì shí sì zhī shí shī zǐ shì sǐ de", que quiere decir: cuatro es cuatro, diez es diez, catorce es catorce, cuarenta es cuarenta…Wind era una profesora en toda regla: nos cronometraba y nos ponía nota. 

Llegamos a Yangshuo sobre las 7 de la tarde y Wind nos acompañó a comprar “baiju” para traer de recuerdo, un licor chino de 56 grados. Luego fuimos a cenar con ella. Nos pedimos unos pinchitos y nos invitó a dos raciones de caracoles. Después, fuimos a un restaurante a comer carne de caballo. Fue un buen menú degustación de la región.

LUNES 23: YANGSHUO-XINPING

Ese día teníamos planeado hacer el paseo en barca de bambú por el río Li y pasar la noche en Xinping. Nos levantamos a las 7, cogimos un autobús hasta Yangdi (12 yuanes). Una vez en Yangdi, subimos en una barca de bambú y nos llevaron río abajo hasta Xinping. El paisaje es una pasada así que aprovechamos para hacer muchas fotos de las increíbles montañas kársticas que bordeaban al río.  


DIEGO Y YO EN EL RÍO LI 


TÍPICAS MONTAÑAS KÁRSTICAS





POLICÍA CHINA EN BARCO










A las 12 llegamos a Xinping y nos dirigimos al Xinping This Old Place Hostel. Fuimos a un restaurante que había cerca. Yo pedí pez dragón, típico de la zona, Diego una sopa y Andrés una pizza (que era bastante cara y resultó ser una birria. Moraleja: ajustarse a la gastronomía local). Fuimos a dar una vuelta por Xinping, un pueblo pequeño con muchas callejuelas solitarias con casas tradicionales. Muy auténtico, ni un solo turista.










TALLAS PARA TODOS LOS TAMAÑOS
SOPA


GUISO DE PEZ DRAGÓN
Fuimos al campo a buscar el camino que llevaba a un pueblo cercano conocido como Pueblo de los Pescadores, pero ya era tarde así que al poco tiempo nos tuvimos que volver.

MARTES 24: XINPING-YANGSUO

Desayunamos en el restaurante del hostal y después cogimos un bus hacia Yangshuo (8 yuanes). Volvimos al West Lilly Hotel. Estaba diluviando así que no pudimos salir hasta las 7. Cuando amainó, fuimos a comprar los típicos gorros de paja y yo me compré un par de flautas más.




Comimos algo y volvimos al hostal. Se había ido la luz en todo el hotel por la tormenta y tuvimos que pedir unas velas para poder iluminarnos. 

MIÉRCOLES 25: YANGSHUO-GUILIN-SHANGHAI

Como nuestro tren a Shanghai salía a las 19, nos dio tiempo a dar una vuelta. Después, cogimos el bus para ir a Guilin y una vez allí, aprovechamos para comprar los billetes de Shanghai-Beijing del día 29.

Llegó la hora de embarcar, y nos enfrentamos al trayecto más largo hasta el momento (21 horas de viaje), y encima, en asiento duro. A pesar de todo, conseguimos dormir unas pocas horas.

JUEVES 26: SHANGHAI

El trayecto fue muy aburrido hasta que llegamos a Hangzhou. Allí se subió una chica que nos dio conversación hasta Shanghai.

Nos bajamos en la estación Sur de Shanghai y cogimos el metro. Nuestro hostal (Mingtown Nanjing Road Youth Hostel) está en el número 258 de Tianjin Road, una de las calles paralelas a East Nanjing Road. El Mingtown es un hostal más urbano, tiene 6 plantas y ascensor. El establecimiento está limpio y bien cuidado, pero todos los encargados son bastante maleducados; se notaba que la gente era mucho menos cálida en la gran ciudad que en la china profunda.

A las 6 salimos a la calle y cogimos el metro hasta la Plaza del Pueblo. Dimos una vuelta a la plaza y fuimos al parque Renmin. Desde ahí, visitamos los edificios más importantes de la zona: Park Hotel, Tomorrow Square, Hong Kong New World Tower, Gran Teatro de Shanghai, Museo de Arte, Museo de Shanghai, Shanghai Urban Planning Exhibition Center, Shimao International Plaza…


















APPLE

Desde allí, subimos caminando por la calle East Nanjing. Es una calle peatonal, y a esas horas (20:00) está llenísima de gente. Al final de la calle, se encuentra el río Huangpu (un afluente del Yangtsé que cruza Shanghai). Al oeste del río (donde estábamos nosotros), y a lo largo de la calle Zhongshan Dong Yi Lu, se encuentra el Bund, una zona peatonal donde abundan los edificios de la etapa colonial europea con diversos estilos arquitectónicos.

En la otra orilla está el barrio Pudong, la zona financiera donde se encuentran los grandes rascacielos de Shanghai.

Nosotros fuimos al mirador del Bund, desde donde pudimos ver los rascacielos de Pudong que iluminan el cielo nocturno. Destacan el Shanghai World Financial Center, Jin Mao Tower y Pearl Tower, pero hay muchos más (incluido Shanghai Tower que estaba en construcción y que en 2014 medirá más de 600 metros). Luego, dimos un paseo por el Bund y vimos los principales edificios (Asia Building, Shanghai Club, Casa de aduanas, Edificio HSBC, North China Daily News, Hotel Cathay…).


PUDONG VISTO DESDE EL BUND





VIERNES 27: SHANGHAI (ZHUJIAJIAO)

Nos levantamos a las 7:00 y fuimos a la parada de buses de Puan Lu.  Por 7 yuanes cogimos un autobús hacia Zhujiajiao (60 min). La ciudad antigua de Zhujiajiao (朱家角古) está rodeada de agua y tiene muchos puentes y canales por donde pasan embarcaciones tradicionales, es la llamada "Venecia china". Después de visitar la ciudad, volvimos al autobús que nos dejó en Peoples Square.




CANALES DE ZHUJIAJIAO








Caminamos por West Nanjing Road para ir al "mercado de imitaciones" que se encuentra en el número 580. Es enorme: tiene 5 plantas, una cantidad inmensa de tiendas donde puedes encontrar casi cualquier cosa. La mayoría de los productos se repiten en varias tiendas, así que es bueno no precipitarse y mirar bien dónde tienen mayor calidad y dónde puedes conseguirlos más baratos. 

Estuvimos 4 horas en el mercado y acabamos destrozados. Regatear es divertido, pero tanto tiempo resulta agotador. Aquí están algunos artículos que compramos:
  • Ropa interior de marca (10Y)
  • Carteras de cuero (35Y)
  • Pendrives (de 900 Gigas jaja)
  • Zapatillas (70Y)
  • Camisas Armani (40Y)
  • Camisetas (30Y)
  • Plumas de marca (30Y)
  • Cascos beats (165Y)


SÁBADO 28: SHANGHAI-BEIJING

Teníamos que coger un tren hacia Pekín esa misma tarde, así que nos levantamos temprano para poder dar una última vuelta por Shanghai.

Después, regresamos en metro al hostal y esperamos un rato a que fuese la hora de irnos. De camino a la estación, encontramos un supermercado Día (sí, sí, el de España).  Entramos a comprar comida para el tren y nos dirigimos a la estación.


HELADOS CHINOS


¡¡¡¡UN DÍA EN CHINA!!!!


ANDAMIOS HECHOS CON BAMBÚ

Este tren (D-train) era distinto a los demás. Nos metieron en cabinas privadas con 2 literas. Las dos camas de abajo son asientos para 6 pasajeros y las de arriba están para dejar el equipaje. Sin embargo, si te organizas bien, se puede dormir.

DOMINGO 29: BEIJING

Llegamos a Pekín a las 7 de la mañana. Compramos algo de desayuno y fuimos al Mercado de la Seda. Este mercado de falsificaciones es un auténtico centro comercial. Tiene 5 plantas y está dividido en secciones. A diferencia del resto de China, aquí todos los vendedores saben inglés, español y casi cualquier idioma.

LUNES 30: BEIJING

¿Lo mejor para el final no? Todavía no habíamos visto lo más representativo del país, La Gran Muralla China, así que cogimos un autobús hasta una zona de la muralla muy próxima a Beijing, concretamente, la Muralla Badaling. Es impresionante, y aunque solo visitas unos cuantos cientos de metros, pensar que recorre casi 9000 Kms produce escalofríos. Es cierto que hay muchísimos turistas, pero el paisaje es insuperable y haber estado en una de las más increíbles construcciones de la humanidad es una experiencia maravillosa.






SÍ, ES TAN EMPINADO COMO PARECE




MARTES 31: BEIJING-MADRID

Nuestro viaje llegaba a su fin y no queríamos marcharnos. Había sido un viaje fantástico, desde luego el mejor que habíamos hecho hasta entonces, y probablemente uno de los meses más increíbles de nuestras vidas. Os animo a todos a visitar este maravilloso país porque además de ser una fuente inagotable de cultura, sus gentes son extraordinariamente acogedoras y agradables. Aún conserva la autenticidad del gran imperio que fue en el pasado y cuando vuelvas a tu país, tendrás innumerables anécdotas que contar. Nosotros hemos tratado de plasmar algunas de ellas, pero sería imposible escribir todas así que quedan en nuestra memoria y en las muchas tardes en las que los tres recordamos con mucho cariño y nostalgia este mes de aventuras por la China milenaria.

Espero que os haya gustado y que os sirva a aquellos que estéis barajando la posibilidad de viajar a China

ANEXO: Aquí tenéis algunos de los precios habituales de distintos platos en los restaurantes:
  •  Tallarines y arroz (verdura y huevo, 10 yuanes. Si tienen carne, 15).  
  • Sopas variadas(De 8 a 12 yuanes es lo normal).  
  • Tortillas con tomate, pollo o setas (De 8 a 12 yuanes)   
  • Platos de cerdo con cacahuetes o verduras (Entorno a 20 yuanes).  
  • Platos de pollo con cacahuetes, chili o verduras (Entorno a 25. No más de 28)


     En los puestos de la calle:
    • Tarro de fideos o arroz (5-8 yuanes)
    • Mazorca de maíz (4-6 yuanes)
    • Empanada dulce o salada (3-6) yuanes
    • Brocheta de calamar (3-6 yuanes)
    • Brocheta de cerdo o pollo (3-5 yuanes)
    • Brocheta de setas o verduras (1-2 yuanes)


    El agua de 0,5l vale 0,9 yuanes en el supermercado y en los puestos de la calle lo normal son 2 ó 3 yuanes. ¡En sitios muy turísticos pueden cobrarte hasta 8 yuanes!

    En cuanto a bebidas (cocacola, fanta, zumo, icetea) valen 2,8 yuanes en el supermercado. En la calle suelen valer 3 ó 4




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